Esta vez me gustaría que no tuviera razón, que estuviera equivocado, que fuera la voz del profeta loco que predica en el desierto. Pero sus tesis están cada vez más extendidas entre los economistas de izquierdas, no sólo en las conclusiones de las reuniones de los G8 o los G20, sino en el pesimismo sobre la salida de la crisis sin estimulos económicos y del déficit como única preocupación, que se ha impuesto en Europa y, especialmente, sobre quien pagará las consecuencias.
El último paragrafo del articulo de Krugman. “La tercera depresión” es de una claridad política poco habitual:
¿Y quién pagará el precio de esta victoria de la ortodoxia? La respuesta es decenas de millones de trabajadores desempleados, muchos de los cuales seguirán en paro durante años, y algunos de los cuales no volverán a trabajar nunca más?
Aprovecho este articulo para abrir una etiqueta nueva en el Bloc de Notas dedicada a Paul Krugman con las entradas dedicadas a sus articulos en los últimos meses.
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