Pasada la tormenta, has vuelto
y ya tienen sentido las llamadas
y el recuerdo de los confesionarios.
Se instalan, en tus ojos la sonrisa
y en tu cuerpo las ganas de bailar.
Se puede ser feliz en la rutina
de susurros, secretos y silencios .
y ya tienen sentido las llamadas
y el recuerdo de los confesionarios.
Se instalan, en tus ojos la sonrisa
y en tu cuerpo las ganas de bailar.
Se puede ser feliz en la rutina
de susurros, secretos y silencios .
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