Se impone el olor de la papaya verde al del napalm bajo el canto de las valquirias. Se imponen la pequeña Mui y el cuello maravilloso de Maggie Cheung a la rotundidad crepuscular del Kurtz-Brando, y Lao-tse se abre paso a través de los siglos por encima de colonialismos, amantes de Marguerite, guerras injustas y ho chi minhs.
Vuelve el verde insultante, las fértiles laderas, la sensibilidad y la injusticia ancestral.
Ahora que todavía tiene sentido la armonía, que el pasado resiste el vértigo del tiempo y lo auténtico compite con la deslocalización y el FMI.
A pesar de las bajas fruto de los combates cotidianos, de las renuncias propias del armisticio, de la imposible ecuación espacio-tiempo, se hace apremiante la llamada de oriente.
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada