
Pocos cantantes tienen tantas personalidades y tan diferenciadas, hasta el punto de parecer personas diferentes: el vendedor ambulante del Manisero, el indígena analfabeto de Babalú, el intelectual relamido del Caballero de Olmedo, el homosexual apasionado de los boleros como Vete de mí o ¡Ay, amor! O el incalificable Vito Manué.
Escuchándolo se entienden mejor alguna de las músicas iberoamericanas actuales.
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada