Es cierto: las cicatrices defienden del olvido, incluso del olvido reciente: el de los cuerpos helados luchando con el frio cerca del mar inóspito, donde habita Saeko, la del... susurro en la oreja, la música de fondo, el vello que se eriza y el cuerpo dilatándose... a pesar del temporal... buscando la caricia escondida, el abrazo profundo y el manantial... esta vez sin la ayuda de Imamura.
Te duermes sin saber si es el barco el que zozobra o es el tren que abandona las vías y se pierde entre promontorios y glandulas... Y recuerdas el único tesoro, el que se puede derrochar sin límites, mientras, inevitablemente, inicias el camino hacia el extraño tunel del olvido.
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